Bien saben ustedes, que aquí en Cocina Muy Fácil nos encanta la comida mexicana, pero lo que quizá no saben es que los postres italianos nos parecen irresistibles. Si bien uno de nuestros favoritos es el tiramisú, no podemos decirle que no a esta deliciosa panna cotta de chocolate, super sencilla y rápida de preparar, y con una textura cremosa que enamora al paladar.
Hablando de enamorar al paladar, me parece que es un postre perfecto para prepararle a nuestro compañero de vida en este San Valentín, y es que no podemos negar que el chocolate es el dulce de los enamorados. Motivos, su sabor, su aroma, y la felicidad y adicción que nos produce desde el primer bocado. Esta panna cotta de chocolate lo refleja intensamente, con un fuerte sabor a chocolate amargo, una dulzura exacta y una cremosidad… que bien puede ser un pecado.
- 1¼ tazas de crema para batir
- ½ taza de leche entera
- ½ taza de azúcar
- 2 cucharaditas de cacao en polvo
- 90 gramos de chocolate amargo
- 1 cucharadita de vainilla
- 7 gramos de grenetina
- ¼ taza de agua fría
- Comenzamos hidratando la grenetina; para ello, en un tazón pequeño colocamos la grenetina, agregamos el agua fría, removemos y dejamos reposar durante 10 minutos.
- Troceamos el chocolate amargo con ayuda del cuchillo.
- En un tazón o vaso, disolvemos el cacao en la leche.
- En una cacerola, mezclamos la crema para batir, la leche mezclada con el cacao y el azúcar. Llevamos a fuego medio y cocinamos moviendo constantemente hasta que empiece a hervir.
- Retiramos del fuego, añadimos la vainilla y el chocolate amargo troceado, revolviendo hasta que el chocolate se haya fundido y la crema tenga un color oscuro.
- Agregamos la grenetina hidratada y removemos hasta que se disuelva por completo en la leche.
- En seguida vaciamos la mezcla de la panna cotta en cinco flaneras, y refrigeramos por 4 horas antes de servir.
Como pueden ver, la preparación es extremadamente sencilla. Eso si, les recomiendo usar el mejor chocolate amargo de repostería que puedan permitirse. Para desmoldar, sencillamente deslizamos un cuchillo por la orilla, sumergimos la flanera un par de segundos en agua caliente y volteamos sobre un plato. Si no comenzara a separarse por sí solo, podemos ayudarlo separando un poco con la punta del cuchillo, tras lo cual el aire entrará entre la superficie de la panna cotta y el molde, y la magia sucederá. Desde luego, podemos servirlo también en la flanera.
Para decorar, podemos espolvorear un poco de azúcar glass o un poco de cocoa en polvo. Unas hojitas de hierbabuena, y un corazón de papel cortado en forma de corazón pueden realzarlo aún más. Unas fresas maceradas con azúcar y ron también le van estupendo.
Tengo que decirles además, que entre más horas lo dejen en el refrigerador, mejor será el sabor de esta panna cotta de chocolate. ¡Anímense a probarla!
¡Feliz San Valentín!
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