Hace tres años, cuando nos casamos, nos regalaron unos lindos cortadores para galletas, uno cuadrado, uno con forma de corazón y uno más de corazón con alas, y dado que mañana es el día de San Valentín, he decido usar esos románticos corazones para hacer unas galletas de azúcar y decorarlas con un glaseado sencillo pero muy llamativo. ¿Hay algún momento mejor que San Valentín para usarlos? Sí, cualquier día!
Hacer galletas, en realidad, no es tan difícil, pues la mayoría de ellas lleva ingredientes que usualmente tenemos en la despensa, y las masas resultantes son muy fáciles de trabajar. Hace un tiempo, les enseñaba cómo hacer galletas con chispas de chocolate, y en esta ocasión unas galletas de azúcar que podemos decorar con un glaseado sencillo a base de azúcar glass y leche, con glasa real, con chocolate fundido, con azúcar de colores, o dejarlas sin ninguna decoración si así lo preferimos.
- 170 gramos de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
- 150 gramos de azúcar
- 1 huevo
- 2 cucharaditas de extracto de vainilla o almendra
- 300 gramos de harina
- ½ cucharadita de levadura química (polvo para hornear)
- 1 taza de azúcar glass
- 2 cucharadas de leche
- ¼ cucharadita de extracto de vainilla o almendra
- 2 cucharadas de jarabe de maíz
- colorante alimentario
- En un tazón grande y con ayuda de la batidora, bate la mantequilla hasta acremarla, durante 1 minuto.
- A continuación, agrega la azúcar y bate nuevamente a velocidad alta por 3 minutos, hasta obtener una mezcla ligera y con mucho aire.
- En seguida, añade el huevo, la vainilla y el extracto de vainilla y vuelve a batir por 2 minutos hasta que los ingredientes estén bien integrados.
- En un tazón mediano mezcla la harina y el polvo para hornear, y a continuación añade poco a poco estos ingredientes a la mezcla de mantequilla y huevo, batiendo a velocidad baja. Si la masa resultante aún está muy suave, podemos agregar 1 o 2 cucharadas más de harina.
- Una vez lista, divide la masa en dos porciones, envuelve cada una en papel film y refrigera por al menos 1 hora.
- Precalienta el horno a 180ªC y prepara una bandeja para hornear con papel encerado.
- Con ayuda de un rodillo, aplana la masa sobre una superficie ligeramente enharinada, hasta tener un grosor de aproximadamente medio centímetro. Vuelca los cortadores de galletas en la harina, y úsalos para cortar la masa. Coloca las galletas sobre la bandeja y métela al congelador durante 10 minutos.
- En seguida, hornea las galletas de 8 a 11 minutos, hasta que estén ligeramente doradas en la parte inferior. Retíralas del horno y colócalas en una rejilla. Deja enfriar completamente y decora con el glaseado.
- En un tazón pequeño, mezcla el azúcar glass, la leche y el extracto de vainilla con ayuda de un globo de cocina, hasta que quede suave y brillante.
- Separa en recipientes pequeños, dependiendo de la cantidad de colores que vayas a usar.
- Añade las gotas de colorante alimentario necesarias para obtener el color deseado.
Como toda receta de galletas, el truco está en el tiempo de horneado. Si queremos unas galletas suaves debemos sacarlas del horno apenas empiece a tomar color la parte de abajo y por arriba se note que ya esté cocida, unos 7 u 8 minutos si hemos precalentado el horno el tiempo suficiente. Si queremos unas galletas más crujientes, unos 11 o 12 minutos serán más que suficientes.
La verdad, es que esta receta nos ha gustado en casa de las dos formas. Suaves, para acompañar con leche o té, pues tienen un espectacular sabor a mantequilla. Si es para un café, un poco crujientes.
¡Buen provecho y Feliz San Valentín!
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