Estamos estrenando un año nuevo. Un 2017 que espero que esté lleno de gratos momentos, grandes experiencias y muchos éxitos para cada uno de nuestros lectores. El día de hoy junto con la celebración de los Reyes Magos se termina la temporada navideña, y he querido cerrarla con un pastel muy de temporada, que tradicionalmente se sirve para las cenas de Navidad y Año Nuevo, pero que también es estupendo preparar para el desayuno, pues está cargado de buenos nutrientes. Nada menos, que una tarta de frutos secos o fruitcake navideño.
Hay algo especial que tiene este pastel de frutos secos, pues lo he preparado con una receta de antaño. Aunque hoy en día abundan las recetas para prepararlo, me llamó mucho la atención que todas ellas llevaran grandes cantidades de azúcar y grasa. Llegué a ver recetas que pedían hasta 4 tazas de azúcar y 300 gramos de mantequilla: unas verdaderas bombas calóricas.
Pero la experiencia y los sabores de antaño me llevaron a la idea de que así no es como se preparaba antiguamente el tradicional fruitcake, así que ha tocado hojear recetarios y revistas de las décadas de 1970 y 1980 para encontrar lo que buscaba. Una receta de fruitcake navideño con menos de una taza de azúcar y únicamente una barra de mantequilla. Y tengo que decirlo, ha salido un pastel de frutos secos tan delicioso, que nos lo acabamos en un par de días.
El secreto para lograr que quede tan rico, es simplemente poner a remojar las frutas cristalizadas en brandy (no hay que preocuparse por el alcohol, pues éste se evaporará al hornearlo), pero hacerlo no solo durante 10 minutos como indican las recetas actuales, sino dejarlas por lo menos una hora, aunque entre más tiempo mejor. Yo las he dejado remojando durante 3 horas, a temperatura ambiente y únicamente cubiertas con papel film.
- ½ taza de chabacanos cristalizados, cortados en cubitos
- ½ taza de arándanos secos
- ½ taza de uvas pasas
- ½ taza de nueces peladas y picadas
- ½ taza de almendras en lámina
- 1 taza de brandy
- 90 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 80 gramos de azúcar mascabado
- ¼ cucharadita de sal
- 2 huevos a temperatura ambiente
- 125 gramos de harina
- 1 cucharada de polvo para hornear (royal)
- ½ cucharadita de nuez moscada
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 sobre de grenetina neutra
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 vaso de agua (250 ml)
- saborizante de naranja o vainillina cristal (opcional)
- cerezas en almíbar
- nueces enteras
- 1 cucharada de Nutella
- En un tazón colocaremos las frutas secas: los chabacanos, los arándanos y las uvas pasas. Las mezclaremos y las cubriremos con el brandy. Las dejaremos reposar por lo menos una hora.
- Precalentamos el horno a 180ºC y preparamos un molde redondo, engrasándolo con mantequilla y cubriendolo con una capa ligera de harina.
- Con ayuda de nuestra batidora, acremaremos la mantequilla con el azúcar mascabado. En seguida, añadiremos la sal y los huevos. Mezclaremos hasta que se integren perfectamente.
- En un tazón, mezclaremos la harina, el polvo para hornear, la nuez moscada rallada y la canela.
- Añadiremos a nuestra mezcla húmeda la mezcla de harina hasta integrar, para inmediatamente agregar con ayuda de una espátula las frutas, el brandy en el que se remojaron, y los frutos secos: almendras y nueces.
- Colocamos la mezcla en el molde, procurando cubrir la superficie y llevamos al horno durante 25 minutos.
- Mientras nuestro pastel de frutos secos se hornea, vamos preparando el brillo para tartas: En medio vaso de agua disolveremos el azúcar y la grenetina. El agua restante la calentamos y cuando empiece a hervir la agregamos a la mezcla con la grenetina. Añadimos el saborizante (si lo estamos ocupando) y dejamos enfriar (sin meter a la nevera).
- Cuando nuestro fruitcake esté listo, lo desmoldaremos y con un poco de Nutella, iremos "pegando" las cerezas y las nueces.
- Ya que esté bien frío el pastel y el brillo para tartas haya comenzado a espesarse, con ayuda de una brocha de cocina esparciremos el brillo por encima del pastel, procurando cubrir toda la superficie, las cerezas y las nueces, y también los bordes. Por último, refrigeramos durante 2 horas para que el brillo solidifique.
Como a todo fruitcake navideño, podemos prepararlo con los frutos secos que más nos gusten o que tengamos a la mano. Pienso que unos dátiles o unos higos le quedarían estupendos. Aunque claro, entre menos cristalización tengan y más naturales sean, mucho más saludable será nuestra tarta, pero si para nosotros no hay problema con ello, ahí está el acitrón, la biznaga, los camotes, la calabaza y las tantas frutas confitadas que se preparan en nuestro México.
A esta tarta de frutos secos o fruitcake navideño, lo decoramos con un poco de brillo para tartas, que no afecta nada en el sabor, pero si en la presentación final. El toque sorpresa, se lo llevará nuestro paladar cuando bajo una cereza, encuentre un delicado toque de crema de avellanas y chocolate. Hay que acompañarlo con lo que más nos guste: una taza de café, un té, un chocolate o simplemente un vaso de leche.
¡Buen provecho y Feliz Año!
Información Bitacoras.com
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