Para nuestro tercer aniversario de bodas, nos aventuramos a visitar Mazamitla, uno de los extraordinarios pueblos mágicos de nuestro México. En el camino, a orilla de carretera, es fácil encontrar vendedores locales de frutillas como zarzamoras, frambuesas, fresas, arándanos azules, cerezas y pitayas. Y sucede que uno no puede dejar de aprovechar la oportunidad de comprar una fruta tan fresca, a un precio mucho mejor que el que encontramos en la ciudad y desde luego, de apoyar la economía de los pobladores de esas regiones.
De modo, que regresamos a casa con tanta fruta, que después de lavarla, desinfectarla y refrigerarla, nos duró prácticamente todo el mes. ¡Vamos!, que compré de todo, y aunque procuramos comernos la fruta fresca, no me pude resistir a encender el horno y preparar estos deliciosos cupcakes de arándanos azules.
Los arándanos azules o blueberries, saben deliciosos estando frescos, pero tengo que aceptar que horneados tienen un sabor extraordinario, pero si quisiéramos creer que ese es el punto máximo que pueden alcanzar estaríamos equivocados. Yo lo estuve, hasta que decidí preparar un frosting de limón para decorar mis cupcakes. ¡Impresionante!
Eso si, los blueberries son muy delicados, es fácil que formen hongos si al almacenarlos se quedan con un poco de humedad. Por lo que la recomendación es que, al llegar a casa, se laven, desinfecten y se dejen escurrir, para luego secarlos perfectamente con una toalla de papel absorbente, y meterlos en un recipiente con cierre hermético, cuidando que no se sobrepongan. Si no los ocupan inmediatamente, no estará de más echarles una mirada cada tres días y, si alguno ha formado una capa blanca, retirarlo, para evitar que se contaminen los demás.
- 1½ tazas de harina
- 2 cucharadas de fécula de maíz
- 1½ cucharadita de polvo para hornear
- ¼ cucharadita de sal
- 90 gramos de mantequilla, suavizada
- ¾ taza de azúcar
- 1 limón (ralladura)
- 2 huevos, a temperatura ambiente
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- ½ taza + 2 cucharadas de leche
- 1 taza de blueberries frescos
- 190 gramos de queso crema, a temperatura ambiente
- 45 gramos de mantequilla, suavizada
- 3 tazas de azúcar glass
- 1 limón (jugo y ralladura)
- Precalentamos el horno a 180ºC.
- Colocamos capacillos para cupcakes en una charola para panquecitos (muffins) de tamaño regular, y los engrasamos ligeramente con aceite en aerosol.
- Reservamos 2 cucharadas de harina, y en un tazón mediano mezclamos la harina restante, la fécula de maíz, el polvo para hornear y la sal.
- En otro tazón, con ayuda de la batidora combinamos la mantequilla, el azúcar y la ralladura de limón, hasta acremar, durante 2 minutos. A continuación, agregamos los huevos uno a uno, seguidos de la vainilla y el jugo de limón.
- A continuación, agregamos la mitad de la mezcla de ingredientes secos en la mezcla líquida hasta integrar y a velocidad baja, agregamos la otra mitad, solo hasta que se incorpore, cuidando de no sobretrabajar la masa.
- En un tazón mediano, cubrimos los arándanos azules con las dos cucharadas de harina que hemos reservado, y los agregamos a la masa con movimientos envolvente. Con ayuda de una cuchara para helado, rellenamos los capacillos con la masa hasta ¾ de su capacidad. Horneamos durante 20 minutos hasta que al insertar un palillo en el centro salga limpio.
- Con ayuda de la batidora eléctrica, combinamos el queso crema y la mantequilla a velocidad media hasta que estén bien integrados y tengan una textura suave. En seguida agregamos el jugo de limón y su ralladura, y batiendo agregamos cucharada a cucharada el azúcar glass hasta que se incorpore.
- Cuando se hayan enfriado los cupcakes, los decoramos con el glaseado (yo he usado una manga pastelera con una boquilla de estrella).
Desde luego, estos cupcakes de arándanos azules son para el desayuno, pero no los culparé si los sirven de postre después de la comida, o si lo frescos que resultan los invitan a comerse uno en una de estas calurosas tardes de verano. ¡Ah, lo olvidaba! Son adictivos, así que seguro se verán preparándolos en más de una ocasión, y si no tienen cuidado, desaparecerán el mismo día que los preparen.
¡Buen provecho!
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