Ya sea por falta de práctica en la cocina, o por falta de tiempo, cansancio o simplemente por comodidad, cada vez es más usual que para resolver la pregunta de ¿qué vamos a comer hoy? recurramos a la comida lista para llevar o a la entrega de comida a domicilio, aprovechando la gran oferta de este servicio que tenemos hoy en día.
Sin embargo, cuando intentamos llevar una alimentación más saludable, esta no es una opción que podamos elegir todos los días, por lo que si no queremos volver a los malos hábitos, de alguna manera debemos encontrar tiempo y hacer que cocinar en casa sea más fácil que comprar comida preparada.
Bien sé que hacer la transición para comer comida más saludable y hecha en casa puede representar todo un reto, pues cocinar requiere tiempo y aprendizaje. Sin embargo, el esfuerzo de preparar la comida a partir de ingredientes frescos y de calidad bien lo valen.
¿De verdad puede ser más fácil cocinar en casa que comprar la comida? Sí, y por ello hoy quiero darte algunos tips para lograrlo.
- Haz un plan de comidas. Poner sobre papel lo que queremos comer durante la semana nos asegura tener a la mano los ingredientes que necesitamos para cocinar, de modo que no será necesario salir corriendo a la tiendita, al tianguis o al supermercado. Si bien es cierto algunos tenemos la experiencia y la habilidad de combinar fácilmente los ingredientes para hacer una comida deliciosa, reconozco que muchos necesitan la seguridad de seguir una receta. Si quieres aprender a hacer un plan de comidas para toda la semana, consulta mi guía rápida para planear tus comidas.
- Date tiempo para hacer tus compras semanalmente. Esas idas y venidas a la tiendita de la esquina, a la verdulería, al tianguis y al súper a mitad de la semana no son más que inconvenientes, especialmente si tienes que lidiar con el tráfico, si tienes poco tiempo disponible o si estás intentando mantenerte dentro de un presupuesto o mantenerte dentro de un régimen alimenticio controlado. De allí que para liberarnos de las tentaciones y lograr cocinar más rápido te recomiendo hacer ir a hacer las compras una o dos veces por semana como máximo.
- Surte tu alacena y tu congelador. Cualquier buen cocinero sabe que tener una despensa bien surtida es la base para preparar una rica comida con sólo unos cuantos ingredientes perecederos. Asegúrate de tener siempre a la mano cebollas y ajo, latas de atún, sardinas, aceitunas, frijoles y alguna salsa de tomate para pastas o una salsa pesto. Aunque en México no estamos muy acostumbrados a usarlo, es muy cómodo tener en el congelador algunas espinacas, brócoli, coliflor, frutos rojos, e incluso consomé de pollo o carne congelados en cubos. Puede que tardemos en asimilarlo, pero tener algunos de estos ingredientes a la mano significa que podemos preparar una comida rápida y nutritiva incluso cuando sentimos que no hay nada de comer en casa.
- Mejora tus habilidades con el cuchillo. Inevitablemente una comida saludable estará incompleta si no tiene vegetales, incluso cuando no son los ingredientes estrella. Las cebollas, los ajos, el apio, las zanahorias y los jitomates son bien conocidos por darle un extraordinario sabor a cada platillo. Por ello, si te sientes incómoda con tu cuchillo, preparar la comida puede llevarte mucho tiempo. De allí, que te recomiendo busques en YouTube tutoriales sobre el uso de cuchillos y practiques cortando vegetales. Verás que mejorar esta habilidad te ayudará a cocinar de forma más rápida y fácil.
- Usa tu horno y hazte amiga de la olla de cocción lenta. Aunque pareciera que la forma más fácil de preparar una comida es a través de la técnica de salteado, ésta requiere que estemos frente a la estufa todo el tiempo asegurándonos de que no se queme y que seamos cuidadosas con el orden en que agregamos los ingredientes para que se cuezan parejo. Pero si nos animamos a usar eel horno o una olla de cocción lenta nos daremos cuenta que éstas son formas mucho más fáciles de cocinar, pues simplemente prepararemos los ingredientes, los sazonaremos con sal, pimienta y otras especias, colocarlos en una charola para horno o en el recipiente de la olla, y después de encenderlos olvidarnos e ir a hacer nuestras demás actividades del día. En el caso del horno, usualmente entre 30 y 60 minutos y en el caso de la slowcooker entre 4 y 8 horas. Con cualquiera de éstos dos métodos el pollo y la carne quedan increíblemente suaves y con un sabor irresistible.
¿Y tú, qué otros tips tienes para lograr que cocinar en casa sea realmente fácil? Déjanos tu respuesta en los comentarios.
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