Hace un par de meses, una lectora me preguntó como hacer un puré de papa que quede suave y caí en la cuenta de que la receta aún no la tenía publicada, a pesar de que es uno de esos gustos que nos damos frecuentemente en casa, por que después de todo es el acompañamiento perfecto para carnes rojas e incluso para pescados, a lo que se le puede agregar que aún no he conocido quien no guste de él.
Si queremos lograr un puré de papa suave y cremoso en lugar de uno seco y grumoso, hay algunos pequeños secretos, que comienzan por elegir unas buenas papas. En México, tenemos la fortuna de que nuestros campos producen alrededor de 20 tipos de papa. Para nuestro propósito, debemos buscar papa blanca con cáscara lisa y delgada, cuidando que no sean muy nuevas, pues estas tienen más agua y son más duras, pero que tampoco sean demasiado viejas.
- 800 gramos de papas
- 50 gramos de mantequilla
- 200 ml. de leche
- sal
- pimienta
- Colocamos las papas en una olla y las cubrimos con agua fría, unos 3 o 4 centímetros por encima y agregamos sal.
- Ponemos al fuego la cacerola y una vez que empieza a hervir empezamos a contar entre 20 y 40 minutos, dependiendo del tamaño de la papa, hasta que la papa este bien cocida.
- Tan pronto como este cocida, las escurrimos, les retiramos la cáscara y las aplastamos con un machacador.
- Agregamos la mantequilla cortada en cubos, junto con una pizca de sal y un poco de pimienta, y continuar machacando.
- Poco a poco, mientras aplastamos agregamos la leche, que debe estar caliente, hasta que obtengamos un puré suave y terso.
Ahora bien, no caigamos en la tentación de pelar las papas antes de cocerlas, puesto que al hacerlo perderá más almidón. Tampoco debemos picarla, puesto que absorberá más agua y quedará aguado. Lo ideal es cocerlas con su piel y sin cortar.
Sabemos que la papa está bien cocida cuando al picarla con un cuchillo y levantarla, ésta se desprende sola del cuchillo, cuando se queda clavada, aún le falta cocción.
El motivo de que agreguemos la mantequilla fría, es para que ésta conserve su sabor y así le dé ese toque especial al puré, por lo que es indispensable agregarla cuando el puré aún está caliente. Por otro lado, para que quede realmente cremoso, es importante que la leche esté muy caliente, para que así los almidones se disuelvan perfectamente en ella.
Un último consejo es cómo conservarlo caliente para que no se reseque, o una vez que está frío como recalentarlo. Para ambos casos, no hay nada mejor que un baño María a fuego suave, cubriendo el puré de papa con papel film o un paño de cocina húmedo. Si estamos recalentando, no estará de más agregarle un poco de leche caliente.
¡Buen provecho!
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Creo que si omito la leche por crema, tendré una textura mas suave del puré.
Totalmente cierto, Gustavo!
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